martes, 3 de marzo de 2009

Buenos Aires a ritmo de tango...


Numerosas parejas de extranjeros asisten a seminarios, cursos y “milongas” para aprender tango, promovidos por el cambio de moneda que hace de Buenos Aires una ciudad económica para los turistas internacionales.

Todo es tango en Buenos Aires, especialmente cuando se acerca junio el mes de la trágica muerte de Gardel o cuando se inaugura el Festival Internacional de Tango, que se lleva a cabo anualmente con grandes exposiciones de arte, conciertos, espectáculos, estrenos discográficos, campeonatos y clases de tango abiertas y gratuitas. La Tangomanía desplegada en su mayor fulgor.

El reconocido bailarín de tango y coreógrafo Juan José Copes nos dice: “Siempre existió interés por el tango porque al tango hay que sentirlo no se puede bailar por bailar, exige una concentración, una pasión, y siempre existieron apasionados.”

No es una danza fácil, hay que poner un empeño adicional. En Buenos Aires encontrará varios lugares donde bailar tango: el Centro Cultural La Recoleta, el Centro Cultural Borges, Centro Cultural San Martín, y los diversos Club de barrios.

Famosos centros
El más reconocido es el barrio de San Telmo, la capital del tango, porque en sus bares y restaurantes hay espectáculos, orquestas típicas, cantantes y bailarines que ofrecen versiones sinceras de la melodía de arrabal, como el famoso, “Viejo Almacén,” patrimonio histórico adaptado en l968 por el cantor Edmundo Rivero, “Bar Sur” frecuentado por el escritor Mario Denevi, y la Casa del poeta Esteban de Luca.

Los sábados y domingo, mientras funciona la Feria de Anticuarios de San Telmo, el tango aparece de la mano de bailarines y músicos callejeros que improvisan, en medio de los transeúntes complacidos.

La calle Florida, arteria comercial y peatonal es otro escenario natural de bailarines callejeros.

Otro gran reducto tanguero es Barracas y el popular barrio de la Boca, sobre el Riachuelo, cerca de la Cancha de Boca Juniors y del Museo de Quinquela Martin, artista que pinto la calle “Caminito” en homenaje al famoso tango: “Caminito que el tiempo ha borrado..”
En este pintoresco escenario hay restaurantes que incluyen cena con vino argentino y espectáculos de tango.

El Corazón se estremece cuando se llega al barrio del Abasto, antiguo Mercado de frutas y legumbres de la ciudad y lugar donde Carlos Gardel creció aprendiendo sus primeros tangos.

Borges en tango
Otro Museo dedicado a Gardel se encuentra en la Casa del Teatro y se creó por iniciativa del apoderado de Gardel, quien donó documentos personales como la libreta de enrolamiento argentina que lo acredita argentino.

Palermo Viejo es otro barrio que pertenece a la historia del tango. En él vivió el escritor Jorge Luis Borges y fue allí donde escuchó las hazañas de los compadritos, las peleas del malevaje y los encuentros milongueros junto al arroyo Maldonado.

Aquella mitología tanguera, Borges la recreó en sus cuentos y poemas. Hoy, la juventud invade la zona, llena de bares y música pero un ademán nostálgico no olvida aquellas gestas de facón y coraje en el arrabal porteño.

El tango danzó por las zonas marginales de la ciudad hasta adueñarse del centro. La calle Corrientes, “que nunca duerme” lo acogió y pronto las marquesinas de los teatros presentaron al tango consagrado en Paris y New York.

Buenos Aires es famosa por sus avenidas: la avenida 9 de Julio presidida por el Obelisco y la Avenida de Mayo donde además del Congreso de la Nación, está el Café Tortoni, fundado en l858, emblemático lugar de la belle époque argentina, punto de reunión de artistas y personalidades, testigo del recital de tangos que Gardel le ofreció al dramaturgo italiano Pirandello, cuando visitó Buenos Aires.

En la parte superior del bello edificio funciona la Academia Nacional del Tango, fundada en l996, por iniciativa del poeta Horacio Ferrer, quien comenta: “la Academia tiene el propósito de mantener, estudiar y difundir todo lo referido al tango”.

Tiene un patrimonio de 25 mil partituras, más de 1000 libros sobre el tema y una gran colección discográfica, se complementa con un Museo del tango, que recuerda las grandes figuras tangueras, presididas por Gardel y Libertad Lamarque.

La movida en Recoleta
Los parques de Palermo fueron diseñados siguiendo el trazado de Bois de Boulogne de Paris, por la Avenida Libertador encontrará el Museo de Arte Decorativo, el Museo de Bellas Artes y el famoso Palais de Glace, salón donde Gardel cantó a la sociedad elegante porteña, a la salida, en un episodio sin aclarar, fue baleado. Hoy, la Recoleta es el barrio de la movida, con restraurantes, bares y “cafetines.” donde los argentinos, frente a un café, discuten sobre el mundo.

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